Para el Instituto es claro que la Humanidad ha entrado en un nuevo proceso civilizatorio lo que ha implicado el desafío, tanto de revisar profundamente los referentes establecidos como de asumir la construcción de aquellos que los nuevos tiempos precisan. En efecto, la UNESCO (2005), ha planteado  la idea de que la nueva revolución científico-tecnológica está suscitando profundos e importantes  cambios en la fisonomía del conocimiento, la estructura de los mercados laborales y el significado y el sentido de las cualificaciones laborales y profesionales, lo que plantea la necesidad de preparar el talento humano atendiendo las nuevas perspectivas, para que las sociedades puedan aprovechar favorablemente las nuevas condiciones históricas y, por lo mismo, hacer que sus condiciones de desarrollo evolucionen favorablemente. Igualmente, este organismo (UNESCO, 2005), hace uso del concepto de sociedad del conocimiento para referirse a la importancia que este adquiere y, que, por lo mismo, requerirá la generación de condiciones propicias para la preparación del talento humano.

Desde una perspectiva similar, el Informe Delors (1996), observa que las nuevas tecnologías han logrado tales niveles de desarrollo que se están extendiendo de manera muy acelerada por todo el mundo, por lo cual las diversas sociedades deben preparar tanto las condiciones para su favorable y productivo desarrollo dentro de las mismas, como para la generación de un impacto positivo dentro de las economías nacionales. La preparación del talento humano que contribuya a ello se presenta por lo tanto como una tarea importante. Así mismo, el documento coordinado por Gómez Buendía (1998), también observa que las competencias que requiere un mundo caracterizado por las nuevas tecnologías y a la vez responsables del dinamismo y la competitividad de los diferentes sectores de la economía, deben caracterizarse por la adopción y la adaptación a las mismas, por lo cual una tarea debe ser la de combatir la escasez de talento humano, así como el desarrollo de la capacidad para estar a la vanguardia de la innovación.

Por lo anterior, la labor del Instituto se inscribe dentro de Sistema Nacional de la Educación Terciaria y, por lo tanto, asume el propósito de contribuir a la generación de las condiciones que contribuyan tanto a la cualificación del talento humano que requiere la sociedad como al fortalecimiento de las competencias que son necesarias para dar mayor capacidad de respuesta a los desafíos de productividad que enfrentan los diferentes sectores de la economía regional y nacional. Igualmente, hace eco, dentro de sus tareas misionales al llamando del MEN (2016), en el sentido de formular propuestas y adelantar acciones que contribuyan al desarrollo del país y por ello mismo, sus propuestas educativas asumirán los  nuevos saberes y orientaciones técnicas y tecnológicas, para atender los retos que asume el país en su idea no solo de generar una sociedad más justa, pacífica, incluyente  y participativa sino también el de lograr unos mayores niveles de desarrollo social y económico.

En tal sentido, para el Instituto es claro que los saberes técnicos y tecnológicos, dentro del nuevo panorama epistemológico, adquieren no solo mayor envergadura, sino que también se convierten en saberes de crucial importancia en la formación de talento humano, así como para el desarrollo nacional. Ahora bien, el denominado Marco Nacional de Cualificaciones-MNC (MEN et al, 2017), ha identificado y planteado los ámbitos de cualificación que buscan responder tanto a las exigencias del desarrollo como a la demanda, por lo cual se hace necesario llevar a cabo una oferta calificada de los programas. Igualmente, conviene observar que la propuesta se inscribe, por su titulación y su contenido, en el propósito de atender la necesidad de unificar las denominaciones sobre profesiones, oficios y competencias, específicamente, las establecidas por la Academia, la Clasificación Internacional Uniforme de Ocupaciones Adaptada para Colombia (CIUO 88 A.C.) y la Clasificación Industrial Internacional Uniforme de todas las actividades económicas- CIIU  para facilitar la movilidad educativa y laboral, la homologación de saberes y competencias, así como los aprendizajes formales e informales.

De la misma manera, se espera que el diálogo entre el Marco Nacional de Cualificaciones y la Academia, permita mejorar los estándares de calidad y competitividad. Por lo tanto, para el Instituto esta propuesta de respuesta frente a las demandas de formación de talento humano, hará parte de su filosofía en la formulación de sus programas, tanto Técnico Profesionales como Tecnológicos, buscando con ello favorecer un proceso que, sin duda, contribuirá a un diálogo más fructífero entre los diferentes sectores vinculados al desarrollo, la educación para el trabajo y una educación pertinente y de calidad. Finalmente, debe observarse que la institución, igualmente, mantendrá una actitud abierta sobre la posibilidad de adelantar procesos que conduzcan a la vinculación de la formación profesional universitaria a su quehacer.